Pero yo estoy bien, no sé, si tú eres feliz, ¿por qué no lo iba a ser yo? Si al fin y al cabo, lo único que quiero es que sonrías, porque cuando tú sonríes suelo sonreír yo, ya que me lo contagias, porque me siento mejor si te veo feliz. Quizás soy demasiado positiva, o quizás muy gilipollas. No lo tengo muy claro aún, aunque si tengo claro que cada segundo que pasé contigo, me hiciste la niña más feliz del mundo. Tus tonterías, tu risa tan pegadiza, tus abrazos, tus besos que acaban en sonrisas, tus caricias con tu nariz en mi nariz, tus ojos brillosos mirando los míos...
Qué bonito...
ResponderEliminar