Miradas

Fue todo tan perfecto, y tan corto. Va a ser verdad eso de que lo bueno dura poco. Yo pensaba que estábamos hecho el uno para el otro. Y lo creía porque su forma de mirarme era exactamente igual a la forma en la que yo le miraba a él. Sonreía y el mundo se paraba. Me quedaba embobada mirándole. Me encantaba cuando me daba la mano, me apretaba la mano muy fuerte, pero no para lastimarme, era como una muestra de lo fuerte que me quería. De hecho, aún sigo sintiendo su mano en la mía si me pongo a recordarlo. 

Y siento un gran vacío cuando le pienso. Cuando miro que nuestra conversación se quedó estancada. Cuando te miro de la misma forma en la que te veía antes, y noto que tú ya me miras diferente.